|
|
Psicología de la aviación y factores humanos. Emergente y necesaria. |
SECCION:
Activitats
// PUBLICAT 09/02/2015 17:13:00 |
|
|
|
 |
 |
Según las investigaciones, el Factor Humano
está presente, directa o indirectamente, en el 95% de los
siniestros. Aspectos como la personalidad, la actitud, la
motivación, la conciencia de la situación, la
toma de decisiones, el estrés o la fatiga, que tanto
conocemos en nuestra profesión, se ponen en juego
diariamente en todas las operaciones de vuelo que se llevan a cabo.
Sería obvio pues, pensar que los psicólogos/as
tienen una gran presencia en este sector. Sin embargo, creemos que no
es así y que todavía tenemos que conseguir una
mayor presencia, dado que el psicólogo/a, en tanto que
experto/a en los aspectos antes mencionados, tiene los conocimientos y
las herramientas técnicas para trabajar en la
prevención, la selección, la
formación, la investigación y la
intervención, así como en otros
ámbitos.
El pasado mes de noviembre tuvo lugar en el Centre for Aeronautical Training
and Services (CATS) de la Universidad Carlos III
de Madrid, el primer Curso
Superior de Especialización de Psicología de la
Aviación y Factores Humanos, organizado por la Asociación
Española de Psicología de la Aviación
(AEPA).
En él se dieron a conocer de forma exhaustiva, por expertos
del sector y mediante diferentes módulos, las
áreas clave a tener en cuenta en el mundo
aeronáutico, desde el punto de vista de la
psicología.
Después de exponer el origen y la evolución de la
Psicología de la Aviación, se
profundizó en el Factor Humano, desglosando los diferentes
factores subyacentes, tales como los
psicofisiológicos;
personalidad, conciencia de la situación,
evaluación y toma de decisiones; error y
fiabilidad; así como la gestión del
estrés y de la fatiga; factores sociales y organizacionales;
clima de seguridad organizacional; y los riesgos en las cabinas
automatizadas.
Se puso de relieve la gran influencia de la personalidad, la actitud y
la motivación en la actividad de vuelo y en la
siniestralidad.
Es evidente que la personalidad incide en nuestra manera de
funcionar en la vida, así determinados rasgos de la misma,
pueden apuntar hacia una predisposición a conductas que
pueden aumentar las probabilidades de cometer errores y
consecuentemente, de que se produzca un accidente. Por tanto, es
necesario seleccionar a las personas con unas
características idóneas para así
minimizar el riesgo en la actividad de vuelo.
 |
Según
presentó la presidenta de AEPA, Adela González,
"Volar
es una destreza, pero volar de forma segura es una actitud. El
entrenamiento en CRM (Crew Resourcement Manegement)
trata de
modificar las actitudes negativas, no pretendiendo cambiar la
personalidad". En este sentido, se comentaron las
actitudes
peligrosas más habituales entre los pilotos y la forma de
cambiarlas,
analizando las causas comunes de los accidentes y su
relación con los
esquemas mentales, así como la importancia de seleccionar
individuos
con una alta motivación. "La motivación marca
la diferencia entre lo que una persona puede hacer y lo que
acabará haciendo." Se destacó que
detrás de muchos de los errores humanos hay un problema de
motivación, por defecto o por exceso. |
Uno de los objetivos es, no sólo centrarse en la
etiología del error, sino en la profilaxis del mismo.
Analizando los tipos de errores, y partiendo de que el error es
inherente al ser humano, se trata de mejorar también las
defensas del sistema. Cuantas más barreras se coloquen mayor
será la fiabilidad (Modelo
de Reason). La equivocación se admite, pero no
las transgresiones.
En relación a la conciencia de la situación, Salvador Tomás,
vicepresidente de AEPA, insiste en que es básica para tomar
decisiones, junto con una buena percepción,
comprensión y proyección en el futuro. Tomamos
decisiones en base a nuestro modelo mental. "El propósito de la
conciencia situacional es permitir una forma de tomar decisiones
apropiadas y efectivas".
Los cambios tecnológicos en la aviación han
afectado y afectan a la interfaz hombre-máquina,
de forma que no se concibe el vuelo sin sistemas automatizados en la
cabina y en las salas de control de tráfico
aéreo. Aunque mejoran la precisión y la
eficiencia de las operaciones, implica entrenar a los pilotos para que
conozcan de qué manera la automatización puede
afectar a su rendimiento reduciendo sus capacidades.
Según Salvador Tomás, los sistemas no
deberían reemplazar la toma de decisiones del piloto, sino
ofrecer un soporte a la decisión, mediante
información relevante e intuitiva, para que las
tripulaciones no se vean obligadas a hacer inferencias en situaciones
de alto estrés. No olvidemos que el ordenador es un ente
irracional y que hay que adaptar los sistemas a las capacidades y
limitaciones de los operadores.
También despertó mucho interés la
exposición de un tema emergente y novedoso como es el de la
actividad aérea con Drones. Hay que garantizar una
práctica responsable teniendo en cuenta que
detrás está el Factor Humano y que
éstos van a ser considerados como aeronaves.
Mari Luz Novis,
ex-presidenta de AEPA, nos habló de los aspectos cognitivos
en las decisiones y sus sesgos en la toma de decisiones. Cada persona
percibe el riesgo de forma diferente, por lo que hay que entrenar
principalmente las atribuciones y las actitudes de riesgo; la
percepción y la tolerancia al riesgo. Diseñar
programas de entrenamiento con todo tipo de situaciones, para observar
la decisión, poder analizarla y evaluarla posteriormente. En
definitiva se trataría de entrenarse para futuras
emergencias.
Emilio García,
psicólogo organizacional y miembro de AEPA, en
relación al estrés, la fatiga, y su
gestión, expuso los diferentes tipos de
estrés, los signos y los síntomas, sus causas y
consecuencias, así como los efectos en el rendimiento y
cómo se pueden mitigar. Así, concluye que la
fatiga es un factor fisiológico y
difícil de cambiar, al no depender de la experiencia. Sus
consecuencias pueden ser muy serias en aviación.
En este primer curso transmitido con mucha motivación y
conocimiento se detallaron también las áreas de
aplicación e intervención en este
ámbito tales como la selección,
formación, desarrollo organizacional (profundizando sobre
los equipos y su liderazgo), prevención de riesgos laborales
(aparición de trastornos de conducta asociados al vuelo),
intervención en crisis, sistema de gestión
operacional, investigación de incidentes/accidentes, etc.
En relación a la selección, se pasa por
diferentes fases, pretendiendo dar con el perfil que más se
ajusta a las necesidades del puesto, considerando los rasgos de
personalidad que pueden predisponer a conductas de riesgo, como
apuntábamos anteriormente.
Como en otros ámbitos, también en este, una buena
formación implica alinear el plan de formación
con el plan estratégico de RRHH, identificando las
necesidades y definiendo los objetivos.
Otro aspecto importante sobre el que trabajar es el relacionado con la
cultura organizacional. Se ha demostrado, en diferentes investigaciones
sobre accidentes aéreos, que uno de los factores iniciales
en la cadena de errores, radicaba en ésta. Muchas veces, los
errores y los fallos de los pilotos o del personal operativo son
consecuencia de la propia organización, de las decisiones
tomadas por los gerentes e incluso de las normas que no pueden
contemplar absolutamente toda la dinámica de la actividad
del trabajo de cada día. La organización puede
tener en cuenta sólo lo que se ha llamado
“Seguridad 1”, es decir, poner barreras a los
errores, o bien, desarrollar también la denominada
“Seguridad 2”, basada en aprender de lo que se hace
bien, dotando al sistema de mayor flexibilidad, y promoviendo el
feedback de los actores (personal operacional).
El CISM
(Gestión del estrés en Incidentes
Críticos) también es de destacar, ya
que antes o después el personal operativo del transporte
aéreo sufre las consecuencias de algún tipo de
incidente crítico, es decir, cualquier situación
del tráfico aéreo que provoca reacciones
emocionales extremas que pueden interferir con la capacidad de seguir
trabajando de forma eficiente. Según nuestra
opinión, en los casos de accidente aéreo,
está sobradamente aceptada la figura del
psicólogo/a de emergencias. Pero no sólo en los
casos de catástrofe es necesario un profesional de la
psicología. Diariamente se producen situaciones en vuelo
que, si bien no son accidentes aéreos, producen malestar
psicológico tanto en la tripulación como en los
pasajeros. Las tripulaciones, aún estando sobradamente
entrenadas para afrontar situaciones críticas durante un
vuelo (aterrizaje de emergencia, urgencia médica de un
pasajero, entre otros…), una vez resuelta la
situación, se encuentran en la tesitura de seguir volando.
La posibilidad de ser evaluados tras el suceso por un
psicólogo/a que valore si se encuentra en condiciones de
continuar su jornada, y descarte la posible aparición de
sintomatología más allá de las
reacciones esperadas tras este tipo de sucesos, reducirá el
riesgo de situaciones desagradables para el tripulante, y de
aparición del síndrome de estrés
post-traumático.
Después de la información aportada por expertos
en materia aeronáutica, constatamos que la
psicología debería tener un mayor protagonismo en
el sector, ya que, como comentábamos al inicio,
detrás del 95% de los siniestros, aparece el factor humano,
directa o indirectamente.
Existen muchos campos de la actividad privada que pueden comprometer la
propia seguridad y la de terceros, en los que el psicólogo/a
del Tráfico y de la Seguridad puede y debe estar presente y
aportar un valor diferencial por sus conocimientos sobre la
mente y el comportamiento humano (el llamado Factor Humano).
Un aspecto que consideramos de suma importancia es que se pueda
actualizar la normativa, incorporando y clarificando en ésta
las evaluaciones psicológicas, en parangón a
cómo van evolucionando en otros ámbitos
relacionados con la seguridad de terceros en el desempeño de
actividades privadas que pueden comprometerla. Así, creemos
imprescindible hablar en las diferentes disposiciones de certificados
psicológicos e incorporar a la denominación de
los centros de reconocimiento el matiz apropiado de
Psicología Aeronáutica.
Estamos pues ante un amplio campo de intervención para los
psicólogos/gas (desde diferentes áreas) emergente
y necesario, en el que nuestro papel es importante y por tanto, se
convierte en una oportunidad más para el desarrollo de
nuestra profesión, que como en otros ámbitos,
aporta un gran valor a la sociedad.
Dolors Liria Col
nº 10768, Vice-Secretaria Copc
Teresa Morali Col.
nº 4682, Presidenta Sección Psicología
del Tráfico y de la Seguridad Copc
|
|
|
|
|
|