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Altas capacidades |
SECCION:
PsiNotes
// PUBLICAT 21/04/2015 18:52:00 |
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En la actualidad, y dadas las nuevas informaciones que como
especialistas en el tema recibimos constantemente desde hace ya dos
décadas, cada vez se hace más patente la
necesidad de intervenir en varios ámbitos en lo que se
refiere a los niños/as con altas capacidades (AC)
intelectuales: por un lado, en las escuelas, a fin de
ayudar a los maestros a desarrollar, en primer lugar, una conciencia de
las necesidades especiales que tienen los alumnos muy capacitados y, en
segundo lugar, darles herramientas para que sean capaces de
identificarlos y tratarlos de la manera que requieren. Por otro lado,
los psicólogos y pedagogos deben entender también
los rasgos diferenciales de estos niños y cómo
abordarlos. Si maestros, psicólogos, pedagogos y educadores
en general no son conscientes de que existe un problema importante no
sólo para detectar, sino también para
diagnosticar e intervenir educativamente con los niños/as
con altas capacidades, ni siquiera se platearán posibles
soluciones.
Así que el desconocimiento existente viene provocado por la
formación básica de estos profesionales, pues no
existe en la actualidad ninguna asignatura en los planes de estudio en
las carreras de psicología, pedagogía, ciencias
de la educación, etc., que incluya siquiera una breve
referencia a estos alumnos. Estamos convencidos de que la simple
introducción de un tema sobre altas capacidades
intelectuales, aunque fuera como una actividad de libre
elección, permitiría a los futuros encargados de
trabajar con niños y adolescentes tener una
visión menos sesgada y estereotipada, y conocer sus
necesidades diferenciales y cómo intervenir educativamente
con ellos, aspectos sobre los que, por el momento, existe un enorme y
profundo desconocimiento, lo cual ocasiona, lógicamente, un
caso de injusticia flagrante en comparación con los
demás alumnos/as con necesidades educativas
específicas.
Con esto no queremos decir que el hecho de tener altas capacidades
intelectuales sea en sí un problema, pero, ¡lo que
ciertamente sí los causa es no llevar a cabo la
intervención educativa que requieren!
No menos importantes son los padres, pues también deben
conocer y comprender las características evolutivas
diferentes que sus hijos tendrán, sobre todo si los comparan
con otros de la misma edad cronológica, así como
su peculiar manera de pensar y otros muchos rasgos que
–queramos o no– les harán crecer de un
modo ciertamente distinto del esperado y esperable para la gran
mayoría, para así saber también un
poco mejor cómo tratarlos y ayudarles en su a veces
difícil camino a lo largo de su infancia y adolescencia.
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De manera mayoritaria, a
los alumnos con "necesidades
educativas especiales"
–o específicas, como se les denomina en
España en la actualidad– se les
reconoce el derecho a recibir una educación que tenga en
cuenta sus
características personales, sus déficit y
problemática específica. Sin
embargo, y a pesar de que todas las normativas escolares reconocen que
los alumnos con AC tienen también derecho a una
intervención adecuada y
ajustada a sus capacidades, las prácticas escolares
diferenciales sólo
se han venido aplicando a los alumnos que tienen alguna dificultad,
mientras que aquellos que destacan por sus buenas capacidades y elevado
potencial se quedan sin recibir la educación que necesitan,
y esto
cuando se les identifica correctamente, pues lo más probable
es que un
niño con AC pase desapercibido en el aula.
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¿Por qué tenemos esta
doble manera de actuar delante de las necesidades de cada alumno? La
respuesta quizá la podamos encontrar cuando nos encontramos
con tantos
estereotipos y prejuicios que se tienen ante el tema de las altas
capacidades, incluyendo los sociales, familiares y profesionales.
Véase
a continuación un listado con algunos otros de los
tópicos-mitos-estereotipos asociados comúnmente a
los niños/as con
altas capacidades intelectuales y las clarificaciones oportunas,
extraído del resumen realizado por Carmen
Jiménez-Fernández (2005) obtenido de
diferentes autores, entre los que destacan Terman y Oden (1947),
García
Yagüe (1986), Renzulli
(2003), Freeman
(1996), Alonso y Benito
(2003), etc.
"Los
superdotados son un grupo patológico y tener un hijo
superdotado es sinónimo de problemas." No se
puede hablar de una correlación directa entre tipos de
personalidad, patología mental y altas capacidades
intelectuales. Absolutamente ningún estudio ha demostrado
esta falacia. Por tanto, quienes pregonan estas ideas (repetimos, sin
fundamento), están creando una angustia innecesaria en los
padres y maestros, y sólo cabe recordar que los
profesionales que creen en estas interrelaciones es posiblemente porque
han estado en contacto con una muestra sesgada de población,
dado el hecho de que, por lo general, los niños con altas
capacidades que llegan a demandar ayuda son sólo los que
tienen algún tipo de problema, pero quienes no los tienen,
pocas veces llegan al despacho de un psicólogo u otro
profesional, o ni tan siquiera a alguna asociación. Cuando
estos alumnos son estimulados adecuadamente –sobre todo, en
la etapa escolar–, no suelen dar ningún tipo de
problemas, sino más bien al contrario.
"Tienen
un buen rendimiento escolar. Destacan en todas las áreas del
currículo académico." Como ya hemos
comentado, tener algún tipo de altas capacidades no es en
absoluto garantía de éxito escolar.
Según diversos estudios, un tercio de esta
población destaca, otro tercio pasa desapercibido y el otro
tercio fracasa escolarmente o tiene problemas disruptivos o de
comportamiento. Además, dependiendo del tipo de talento que
posea, destacará más en esa área que
en las demás, que pueden ubicarse en cualquier nivel,
incluso por debajo de la media. Quienes sí suelen obtener
buenas notas (mientras no aparezca la desmotivación) son los
talentos académicos, puesto que ellos sí poseen
los recursos intelectuales necesarios para conseguirlo, pero el resto
de alumnos/as con altas capacidades no comparte sus
características.
"El
superdotado-talentoso es de clase media-alta." Ante este
tópico debemos afirmar con rotundidad que no viene apoyado
por ningún estudio. Los genes están repartidos
por igual en todas las capas sociales y recordemos que las altas
capacidades tienen una base genética. Sin embargo, es cierto
que el ambiente sociocultural y económico influye, en el
sentido de que posibilita con medios el desarrollo del potencial.
Posiblemente por ello se detecten más casos entre las clases
media y alta.
"Como
están
dotados con altas capacidades, no necesitan ayuda para realizarse y
triunfar en la escuela y en la vida. Ya tienen recursos suficientes." Pues
bien, la alta capacidad, de no ser atendida adecuadamente, les puede
llevar al fracaso escolar. Cuando estos alumnos no reciben los retos
intelectuales que necesitan, cuando no se crean las condiciones
educativas que necesitan, la desmotivación hacia el
aprendizaje escolar
poco a poco va apareciendo, hasta que pierden todo interés
en el
estudio formal. Estos niños son, sobre todo, esto
precisamente: niños,
no seres extraordinarios, sino con unas características
intelectuales
diferentes. Por otro lado, la relación CI/éxito
escolar o profesional
sólo corresponde un 20 % al componente CI. El 80 % restante
es debido a
componentes o aspectos no intelectivos o de la personalidad, como el
conocimiento de uno mismo, su capacidad de gestión de la
ansiedad, la
motivación, el control que posea sobre sus impulsos
(autocontrol), la
empatía, las habilidades sociales, etc. |
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"Estos
alumnos tienen siempre dificultades de relación."
Tan sólo los talentos matemáticos y
lógicos (y, por tanto, los académicos, puesto que
uno de sus talentos múltiples es el lógico)
pueden llegar a tener problemas en sus relaciones interpersonales,
debido a su rigidez en la interpretación de las normas, pero
el resto de alumnos con altas capacidades no compartirán
esta característica. En concreto, los superdotados, debido a
que una de sus aptitudes es precisamente la habilidad social, son
quienes menos problemas en esta área tendrán,
aunque es cierto que sus intereses pueden ser muy diferentes de los del
resto de alumnos de su misma edad cronológica.
"Los
superdotados son genios." Si atendemos a la
definición de genio, nos percataremos que éste es
una persona que, debido a sus excepcionales capacidades en inteligencia
y creatividad, ha producido una obra importante para la cultura en que
vive y que la sociedad reconoce y exalta. Por lo tanto, no puede
decirse que todos los superdotados sean genios, pues bien pocos
entrarán a formar parte de esta
«categoría» y, por supuesto, mientras
sean niños será prácticamente
imposible que consigan actuaciones o producciones propias de genios.
"Los
alumnos con altas capacidades deben tener un Cociente de Inteligencia
(CI) superior a 130." El criterio psicométrico
y cuantitativo aplicado hasta los años setenta ya ha quedado
desfasado, sobre todo si hacemos caso de las principales
teorías que siguen en boga hoy en día (Renzulli,
Gardner, Sternberg, etc.) y que están apoyadas por la
mayoría de estudios al respecto. Por poner sólo
un ejemplo, un alumno con talento matemático
obtendrá un nivel muy superior en las preguntas sobre esta
área en los tests de inteligencia, pero no tiene por
qué sacar una elevada puntuación (de hecho, suele
ser baja) en las preguntas del área verbal, con lo que la
media del test muy probablemente no llegará al CI de 130. De
este modo, si un modelo educativo decidiese poner de punto de corte
para llevar a cabo una intervención educativa
específica un CI de 130, se estaría cometiendo
una grave injusticia para gran cantidad de alumnos con altas
capacidades, especialmente con los talentos simples.
"Todos
los superdotados son raros y excéntricos, y sus pautas de
comportamiento son muy similares." Entre los alumnos con
altas capacidades intelectuales existe tantas diferencias entre
sí como entre el resto de niños que se encuentran
en la media de la población. Es absurdo creer que todos
tienen las mismas características de personalidad o que su
conducta será muy parecida. Así, podremos
encontrar entre ellos tanto a introvertidos como a extravertidos,
individualistas y colaboradores, desafiantes y sumisos,
tímidos y valientes, etcétera. Por otro lado,
sí es cierto que una de las características
propias del superdotado es su elevado grado de creatividad; por ello,
sus ideas pueden ser a veces desconcertantes para el resto de
compañeros y ello puede haber contribuido a crear este mito.
"Deben
ser atendidos por maestros superdotados." El maestro no
basa –o no debería– su rol en una
superioridad de conocimientos específicos, sino en una mayor
madurez socioemocional y en una superior disposición de
recursos o referencias, siendo éstas unas
características que le permitirán orientar y
aconsejar, más que aportar directamente conocimientos
(Carreras, Castiglione y Valera, 2004). Es posible que algún
alumno con altas capacidades sepa, en alguna área concreta,
incluso más que el profesor, pero esto no debe significar
una amenaza para éste –lo cual a veces ocurre en
aquellos que son emocionalmente más inseguros–,
sino que debe servirle, en primer lugar, para (pre)identificar a este
alumno como especialmente dotado para su asignatura y, en segundo
lugar, para ponerse en una posición de co-aprendizaje con
él y ayudarle, ofreciéndole guía,
orientación y consejo.
"La
superdotación intelectual es algo envidiable."
Como apunta Tarragó (2009), ser más inteligente
de lo normal es una característica más de la
persona y esta inteligencia superior es una aptitud que no sirve de
nada si no se utiliza y se canaliza correctamente. Envidiar a quien
posee algún tipo de alta capacidad intelectual
sólo denota el tipo de personalidad de quien siente dicha
emoción…
Por consiguiente, la conclusión a que llegamos tras haber
leído este listado de estereotipos y prejuicios es que no
debemos asustarnos cuando nos encontremos en presencia de un
niño/a con altas capacidades intelectuales, sino que tenemos
que conocer sus características para saber cómo
orientarle mejor, cómo motivarle en la escuela y
cómo trabajar con él con la finalidad de
conseguir hacer de él un niño feliz.
Extractos del libro: “Altas capacidades intelectuales: la
asignatura pendiente”. Barcelona: Horsori, 2013. De los
autores:
Leopold Carreras
Truñó
Psicólogo
Delegado en España del WCGTC (World Council for Gifted and
Talented Children)
Coordinador del Grupo de Trabajo de Superdotación y Altas
Capacidades del COPC
Vocal de la Junta de la Sección de Psicología
Educativa del COPC (Colegio Oficial de Psicólogos de
Cataluña)
Asesor del Consejo Social del COPC
Consejo Editorial de la Revista Psicología Educativa
Milagros Valera Sanz
Pedagoga y logopeda
Experta Universitaria en diagnóstico y educación
de los alumnos con alta capacidad
Miembro del Grupo de Trabajo de Superdotación y Altas
Capacidades del Colegio de Pedagogos de Cataluña (COPEC)
Vocal de Educación y Diversidad del COPEC
Flavio Castiglione
Méndez
Psicólogo clínico y psicoterapeuta
Ex-Coordinador del Grupo de Trabajo de Superdotación y Altas
Capacidades del COPC
Delegado en España del WCGTC
Vocal de la Junta de la Sección de Psicología
Educativa del COPC
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