CLAVES MENTALES
PARA MEJORAR COMPITIENDO
Aspectos
clave como la concentración, saber gestionar los errores y
no dejarse vencer
por la presión, son algunas de las pautas que se
tratarán en la Jornada
Conmemorativa sobre Psicología y Deporte Adaptado que el COPC
organiza el
próximo 1 de diciembre de 2017. El INEFC de
Montjuïc será el escenario que
acogerá esta cita que quiere profundizar en las experiencias
entorno el deporte
y la psicología.
A
continuación, encontraréis el artículo
completo de Manuela Rodríguez Marote
‘Claves mentales para mejorar compitiendo’.
“La perfección se alcanza no
cuando no se tiene nada que
agregar, sino cuando no se tiene nada que quitar”
A.
de Saint-Exupéry
El deporte practicado como ocio
o como actividad de desconexión es muy útil y
necesario. Ahora bien, en cuanto se plantea como
una competición entre personas se produce un cambio
significativo en la manera
de ejecutarlo.
Puede ser que ese cambio potencie el rendimiento, la
concentración e incluso la
habilidad, o todo lo contrario.
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El pasado fin de semana estuve trabajando con
un
deportista en una prueba importante. En su mente estaba la intención de que las
cosas salieran bien, de darlo todo, de competir al máximo
nivel. Generalmente
desde el
momento en que comienza una prueba importante, aparece un problema: el cuerpo decae, los
nervios se presentan en el estómago, la
concentración no es la misma, tampoco la coordinación, es
una situación difícil que solo ocurre en momentos
críticos, cuando no debería
ocurrir, y ahí comenzó mi trabajo ese fin de
semana.
Hay deportistas que se
crecen ante la competición, solo ven la posibilidad de
ganar. La disfrutan y
les ilusiona conseguir el objetivo. Rinden más y, de hecho,
buscan la
competición como la forma de practicar su deporte y
superarse a sí mismos. En
estos casos, no suele ser necesario aplicar demasiados consejos para
gestionar
el estrés de la competición. Aun así,
la competición es muy desgastante cuando
se realiza como actividad profesional. Con el |
tiempo la
tensión va haciendo
mella, se van desarrollando expectativas que cuelgan de cada
ejecución, los
pensamientos y emociones interfieren cada vez más por el
nivel de compromiso,
por la responsabilidad y el deportista comienza a preocuparse por la
posibilidad de perder o ganar. Ya no estamos hablando del deporte
practicado
como diversión o actividad saludable, el deportista busca
conseguir el éxito, ser
el mejor.
Entonces, ¿cuáles son
los aspectos psicológicos que dificultan más el
rendimiento durante la
competición? Probablemente
los podríamos
resumir en dos:
1.
La gestión del error
propio: no gestionar adecuadamente la posibilidad de fallar en la
ejecución y
no acertar en la gestión de las emociones en el caso de
producirse el fallo.
2.
El exceso de presión provocado
por el ruido interno que originan las expectativas que impiden
centrarse en lo
que hay que hacer para conseguir el objetivo. Esto provoca la
pérdida de
soltura y fluidez en los movimientos distorsionando la
ejecución.
Como consecuencia, la principal dificultad
para el
rendimiento es no ser capaz de estar centrado en lo que se desea
conseguir, ya
que el deportista acaba focalizándose en lo que no quiere
hacer: fallar. En
ocasiones, cuando trabajo este aspecto con un deportista le digo:
“No pienses
en el color rojo”. “¿En qué
has pensado?”, y me contesta: “En el
rojo”. Así es
como se comporta nuestro cerebro. Se produce un efecto de
atracción casi
inevitable hacia lo que no se quiere pensar. Es el poder del no, que en
competición es muy adaptativo, significa enfocarse en las
amenazas para
evitarlas y resolverlas. El problema es que esto hace que sea casi
imposible que
el deportista saque todo su potencial y entregue su cien por cien.
Veamos cuales son las
claves que mejoran el rendimiento deportivo durante la
competición:
1.
Saber en qué centrarse en el
momento de la
competición.
Hace poco tiempo un nadador me dijo media
hora antes
de competir: “He hecho muy buen calentamiento, me voy a
concentrar en mi
brazada, en coger agua, en levantar el codo, etc.” A lo que
le contesté: “mientras
que los otros van a competir, tú vas a entrenar”.
Cuando el deportista se centra
en el momento de competir en la ejecución, en la
técnica, en el detalle de los
movimientos, está interfiriendo negativamente en su propia
ejecución. Pensar
demasiado dificulta, ya que se utiliza una parte del cerebro en vez de
otra. Es
el cerebelo la parte que debe tomar el control durante la
competición. No se
trata de pensar en cómo hacerlo, sencillamente hay que
centrarse en hacerlo.
2.
Gestionar los propios errores.
Ante la posibilidad de poder ganar en ese
momento o
el miedo a perder de forma inminente aparece la ansiedad, la
inseguridad y la
sensación de amenaza. Para resolver este estado emocional,
el deportista debe
centrarse en lo siguiente:
Debe pensar en conseguirlo, en focalizar y
verse
haciéndolo. Conectarse con su mente de campeón le
ayudará, porque esa parte no
piensa en las dificultades, en los errores ni en las amenazas. Esa
parte solo
quiere conseguirlo, piensa que se puede, y encuentra mil razones para
hacerlo,
ve sus cualidades y sus fortalezas.
Sabe
por qué está ahí en ese momento, y
nada importa más que él y su desafío,
ni los
rivales, ni la importancia de la competición, ni las
dificultades que implica,
ni tampoco los errores. Competir es un juego y hay que estar dispuesto
a jugarlo
y a aceptar que el error existe. Si
el
competidor lo ve como una herramienta para ser mejor, se
sitúa por encima y no
se siente manejado mentalmente por el error, él tiene la
sensación de control
de sus errores, este es el comienzo de la gestión.
En una entrevista le preguntaban a Roger
Federer: “Usted siempre ha tenido un gran
servicio, una mejor derecha, una
buena volea, al igual que variedad en los cortados. Su punto
débil parece ser
el revés”. A lo que Federer
respondió: "Yo
tenía dos opciones: potenciar
mis cualidades o mejorar mis debilidades. Si hacia lo segundo me
convertía en
un tenista previsible. Al final, lo que paga las facturas son mis
virtudes. No
me veo haciendo lo que hacen algunos de pasar mil bolas con el
revés e intentar
no fallar para mejorarlo".
Tener
una estrategia y aceptar las reglas del juego son un paso importante
para
encontrar la actitud correcta en competición. Ese fin de
semana, como decía,
justo antes del comienzo de la competición, mi trabajo
funcionó, un cambio de
actitud le situó entre los cuatro mejores del mundo entre
errores, dificultades
y contratiempos. Si el potencial existe y la actitud se consigue, se
puede
mejorar mucho compitiendo. Todo ello junto con la paciencia,
harán que ganar esté
cada vez más cerca.
Manuela
Rodríguez Marote
Psicóloga
del deporte
Responsable
del Servicio de Psicología del Comité Paralimpico
Español
Psicóloga
Federación Española de Triatlón
Licenciada
en Psicología (UAM) y Máster en
Psicología del Deporte (UAM/COE). Desde
1992 trabaja en el Alto Rendimiento Deportivo Español, en
diversas
federaciones. Es la Responsable tras los JJPP de Pekín 2008
del Servicio de
Psicología del Comité Paralímpico
Español (Plan ADOP). Además de asesorar a los
deportistas y entrenadores desarrollo una labor docente como profesora
de
cursos para los seleccionadores y entrenadores del Comité.
De forma particular
entrena a deportistas de Alto Nivel y Profesionales,
pertenecientes a diferentes disciplinas deportivas,
y también con
directivos, empresas y organizaciones como coach y formadora para la
mejora del
rendimiento y el trabajo en equipo.