El canal Crimen + Investigación ha
publicado el informe con el título
“Conocimiento y percepción de la
población española sobre las sectas”.
El
estudio ha sido realizado con motivo de la realización de
un especial que el
propio canal ha preparado sobre sectas, un evento global de
programación
centrado en la sectas que se emitirá entre el 18 y el 24 de
noviembre en más de
100 países de manera simultánea, con
más de 25 horas de contenido exclusivo.
Para llevar a cabo el estudio sobre
la percepción de las
sectas en la población
española, han contado con el asesoramiento del
psicólogo especialista Miguel
Perlado, quien además es coordinador del Grupo de Trabajo
sobre Derivas
Sectarias del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya
(COPC).
El objetivo del informe, cuyos resultados se
obtienen de una encuesta en la
que han participado 1.000 personas de todo el estado
español, es descubrir el
grado de conocimiento de la población española
sobre el fenómeno de las sectas.
Se trata de un primer gran estudio poblacional para sondear
qué saben los
ciudadanos de las sectas. Perlado recordó en la rueda de
prensa que este
estudio complementa a otro realizado por el propio Grupo de Trabajo,
presentado
en marzo de este mismo año y que buscaba sondear el
conocimiento de los
psicólogos colegiados de nuestro país sobre la
cuestión de las sectas. En un
análisis global, ambos estudios inciden en que si bien la
población tiene
conocimientos sobre el fenómeno, tanto los profesionales
como los ciudadanos,
continúan sosteniendo ciertos mitos sobre el
fenómeno y se detecta la necesidad
de continuar trabajando en la información y
formación de los profesionales.
Los primeros datos que se obtienen de este estudio
poblacional realizado
por Crimen + Investigación, apuntan
a
que que casi seis millones de españoles habrían
estado en contacto directo o
indirecto con organizaciones que consideran sectas. Perlado ha
señalado, no
obstante, que conviene tomar esta cifra con la precaución
necesaria, dado que
combina tanto el contacto directo como indirecto. Si bien la
distribución de
los encuestados se repartió de forma similar entre las
diferentes provincias de
España, Madrid, Andalucía y Valencia resultaron
ser las comunidades autónomas
en las que se concentraba mayor población que
habría contactado con una secta o
que conocerían a alguien que lo haya hecho.
Preguntados por el perfil de persona que es
más proclive a caer en una
secta, los participantes destacan que suelen ser personas sin estudios,
solteras, de 12 a 30 años, que viven en ámbitos
urbanos y que son de carácter
débil. En este sentido, Miguel Perlado remarcó
que, nuevamente, la población
incide en uno de los mitos habituales, que entran personas
“débiles de
carácter”, cuando en su experiencia de
más de veinte años ayudando a familiares
y ex miembros muestra una amplia diversidad de situaciones vitales y
personalidades.
Las sectas buscan captar adeptos que
estén pasando por una situación
personal difícil, ya que se ha demostrado que en estas
circunstancias las
personas somos más vulnerables y es más
fácil que podamos someternos a las
directrices de los grupos. En este sentido, un 40% de los encuestados
afirmó haber
sufrido una crisis personal (laboral, económica, duelo,
crisis afectiva,
inquietud, acoso o abuso sexual) en el último
año, lo cual elevaría las
probabilidades de ser captado por una secta. El estudio
también mostró que más
de la mitad de los españoles cree que los milennials y la
generación Z,
tendrían un mayor riesgo de entrar en una secta. De nuevo,
Perlado indicó que
la percepción de los encuestados es atribuir a los
jóvenes el mayor riesgo,
cuando en la práctica diaria se encuentra un amplio abanico
de segmentos de
edad en cuanto a la afectación.
Según el informe, los delitos
más conocidos de las sectas destructivas son
los daños psicológicos (79,4%),
tráfico de personas –explotación
sexual,
comercial, laboral, mendicidad, etc.- (51,5%), abuso de menores (46,4%)
y
delitos contra la salud pública (26,2%). La idea de que las
sectas “lavan el
cerebro” continúa extendida, de acuerdo con los
mismos datos del estudio
realizado, cuando de acuerdo con Perlado lo que sucede en una
dinámica sectaria
no tiene que ver con un lavado de cerebro, sino más bien con
grados variables
de control coercitivo.
Se calcula que en España existen unas
250 sectas y otro centenar de grupos
está en estudio. Actualmente, no existe una
regulación sobre este tipo de
grupos dada la dificultad de su concepto y esto significa que las
autoridades
sólo pueden actuar cuando exista un delito que
esté recogido en el Código Penal.
En este sentido, una amplia mayoría de los participantes
coincidió en la
necesidad de establecer una legislación más
severa para luchar contra las
sectas. El coordinador del estudio señaló,
finalmente, que el Código Penal
recoge una figura que el jurista denomina “control de la
personalidad”, una
noción que desde la Psicología
entenderíamos como “control coercitivo”.
Podéis consultar el informe completo en:
https://citv.es/wp-content/uploads/2018/11/Informe-sectas-CRIMEINVESTIGACI%C3%93N.pdf