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El pasado 26 de septiembre, el Dr. Larry A. Cohen visitó Barcelona para impartir un seminario sobre coordinación de parentalidad organizado por el COPC. Cohen tiene una larga experiencia en psicología clínica y forense. Su carrera se ha focalizado en la asistencia a familias de divorcios de alta conflictividad. Hace diez años, el Dr. Cohen formó parte del primer grupo de profesionales de la salud mental que formaron parte de un proyecto piloto del sistema judicial de Nueva York de coordinación de parentalidad en divorcios de alta conflictividad. Fue uno de los miembros fundadores de la Parenting Coordinación Association of New York, co-desarrollador del Brief Issue Focused Intervention y ha ejercido tareas de facilitador para PEACE NY. Además de su trabajo con familias, ha trabajado como consultor en el departamento de policía de Nueva York y en el New York City Transit Department and Covenant House.


A diferencia de Cataluña, en Nueva York la figura del coordinador de parentalidad se implementó hace 10 años. El Dr. Cohen nos comenta cómo fueron aquellos inicios: "Todos los profesionales involucrados en la coordinación de parentalidad mostrábamos cierta ansiedad debido al reto que suponía trabajar con estas familias. Nuestras preocupaciones tenían que ver con formarnos bien para, después, poder llevar los casos haciendo una buena tarea. El ejercicio de la coordinación de parentalidad no estaba regulado por ley y, por tanto, no se exigía ninguna formación específica, por lo que nos preocupaba que el grupo piloto dispusiera de la formación adecuada. Los abogados pensaban que perderían ingresos, pero con el tiempo cambiaron de parecer. Ahora, en la mayoría de los casos están encantados con la figura del coordinador de parentalidad. No han perdido ingresos y sufren menos molestias por parte de los clientes. Antes los clientes les preguntaban cualquier duda y ahora llaman a los coordinadores de parentalidad cuando necesitan aclarar algo legal. En la actualidad, los abogados apoyan el proyecto de coordinación de parentalidad, con la intención de ofrecerle más credibilidad. Los progenitores suelen tener mucha confianza en lo que dicen sus abogados y de este modo una coordinación de parentalidad tiene más posibilidades de tener éxito. Es una alianza profesional en beneficio de las familias con las que tratamos. "

La dificultad y el tiempo dedicado a los casos de divorcios de alta conflictividad hace recomendable que cada coordinador de parentalidad no lleve más de dos casos a la vez. El juzgado, o bien los mismos progenitores, determinan la duración del proceso de coordinación de parentalidad. Larry A. Cohen, comenta al respecto que "se establece un periodo de tiempo, ya que no podemos obligar a las personas a participar en la coordinación de parentalidad para siempre. Se debe llegar a un acuerdo con los progenitores, y varía según el caso. Los he tenido de tres meses de duración y otros, en que la coordinación de parentalidad terminaba una vez los niños hubieran alcanzado la mayoría de edad. Los progenitores están obligados a cumplir este periodo, pero si durante este tiempo los dos deciden paralizar el proceso y/o buscar otro coordinador de parentalidad, pueden hacerlo. En cambio, si sólo uno de los progenitores quiere dejar el proceso, no es posible. La coordinación de parentalidad no es terapia, no se trata de seguir un tratamiento cada semana a la misma hora, sino de solucionar los conflictos que no se pueden solucionar entre las partes implicadas. "

Cada caso de divorcio de alta conflictividad es diferente, pero hay ciertos patrones o características que se dan en todos los casos. En opinión de Cohen: "Hay diferentes niveles de conflictividad que van desde leve a muy grave. Normalmente, en los casos "muy graves", hay una devaluación de uno de los progenitores o los dos de manera recíproca en forma de agresiones verbales y/o físicas. También suele haber acciones por parte de la policía, diferentes litigios, discusiones delante de los hijos ... Muchas de las familias tienen un progenitor o ambos con problemas de salud mental, problemas con las drogas ... y con frecuencia tienen hijos con necesidades especiales de desarrollo cognitivo, físico y emocional. También encontramos factores psicológicos como el hecho de estar sólo centrados en sí mismos, tener traumas no resueltos, incapacidad para tolerar la separación, no comprender el punto de vista de la otra persona o tener la necesidad de controlarla. También interviene la familia de cada progenitor, que se posiciona a favor de su hijo por lo que se provoca una guerra entre familias, no sólo entre las dos personas que se divorcian. "

"Los mismos progenitores que han tratado de enseñar a sus hijos a manejar el estrés hacen todo lo contrario. Los hijos ven que sus progenitores, que deben ser las personas que los cuiden, están continuamente peleándose y que cada uno le da una explicación diferente de los hechos. Esto les crea confusión, ansiedad y tristeza y afecta su sentido de la realidad, ya que no saben cómo posicionarse. Para sobrevivir emocionalmente le dicen al padre o la madre lo que quieren escuchar, aunque no estén de acuerdo, para que los progenitores no se enfaden con él. Todo conflicto tiende a resolverse en un período de tiempo, pero el nivel de conflicto en un divorcio de alta conflictividad no baja después de años. "

Dependiendo de la edad de los niños, los factores de riesgo son diferentes: "Un niño muy pequeño hace su desarrollo con su cuidador principal, que suelen ser sus progenitores. Si vive constantemente un tira y afloja, una separación de sus progenitores durante este periodo repercutirá mucho en su relación afectiva con su cuidador, y esto puede tener influencia en la vida adulta. En cambio, si es adolescente, vive la separación de los progenitores como una interrupción de su vida. Se plantean qué pasará con sus amigos, quieren decidir dónde irán, quién de los dos le llevará al cine ... Los adolescentes ya ven a sus progenitores como personas, con sus virtudes y sus defectos, así que lo viven de diferente manera a como lo hacen los niños más pequeños. "

Cualquier profesional no puede ser coordinador de parentalidad. Se necesita cierta formación y aptitudes. Según comenta Cohen; "La Association of Family and Conciliation Courts establece unas directrices para la formación en coordinación de parentalidad. Hay que tener formación y experiencia en mediación, conocer los efectos del divorcio, y en particular de los divorcios de alta conflictividad, cómo se produce esta conflictividad, cuáles son sus causas, así como tener conocimientos sobre aspectos psicológicos y de desarrollo infanto-juvenil, etc. La formación también debe incluir los aspectos psicolegales de la violencia intrafamiliar así como del marco legal de las separaciones y del proceso de coordinación de parentalidad."


Entrevista realizada por Miriam Arcera (Departamento de comunicación del COPC) con la colaboración de Connie Capdevila col. 8311 y vocal de la Sección de Alternativas y Resolución de Conflictos.