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Mesa de diálogo: El nuevo rol del/la psicòleg/a como Coordinador/a de Parentalidad |
SECCION:
Idioma
// PUBLICAT 14/10/2013 14:20:00 |
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Intervenciones
con familias en
situación de alta conflictividad
post-divorcio:
Reorganización de
la co-parentalidad priorizando
el bienestar de los hijos
El pasado
4 de octubre, el Grupo de Trabajo sobre
Coordinación de Parentalidad (CP) de
la Sección de Alternativas de
Resolución y Gestión
de Conflictos
(ARC) del Colegio Oficial de
Psicólogos de Cataluña organizó
una mesa de diálogo
en la sede del mismo
Colegio en Barcelona,
en la que participaron destacadas
voces de diversos
ámbitos implicados en la intervención en
separaciones de alta conflictividad.
Este es un nuevo paso adelante
con el objetivo de avanzar
en la implementación de
la coordinación de
parentalidad y de trabajar las directrices
de la ética y la
práctica de los profesionales,
siguiendo la formación iniciada
en las jornadas de los pasados
22 y 23 de
Febrero.
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En
esta ocasión, la mesa de diálogo se
organizó transversalmente desde cuatro secciones
profesionales: Sección ARC, Psicología
Clínica y de la Salud, Psicología
Jurídica y Psicología de las Mujeres, con la
colaboración del Centro de Mediación de Derecho
Privado de Catalunya. Contó
con la presencia de destacados prestigiosos profesionales
especializados en diversos ámbitos. Todos
ellos, desde su rol profesional, asisten a familias en
situación
de alta conflictividad post-separación o divorcio. El
acto convocó un gran número de asistentes que
llenaron el
salón de actos confirmando el interés sobre el
tema
planteado.
Ponentes
de la mesa de diálogo:
Dominic D'Abate,
coordinador de parentalidad. Consensus Mediation Center,
Montreal, Canadá
Gemma Baulenas,
psicóloga clínica y terapeuta familiar. Escuela de terapia
familiar. Hospital de la
Santa Creu i Sant Pau.
Mercè Cartié,
psicóloga forense. Equipo de
Asesoramiento Técnico de Familia (EATAF). Generalitat
de Catalunya - Departamento de Justicia
Ansel Guillamat,
psicóloga mediadora ámbito judicial. Centro de
Mediación de Derecho Privado. Generalitat
de Catalunya - Departamento de Justicia
Elena Farré Trepat,
Magistrada de familia, Juzgado de 1ª Instancia
número 17 de Barcelona. |
Entre
los objetivos de esta mesa de diálogo figuraban la
introducción del rol del/la psicólogo/a
coordinador de parentalidad en los procesos de separación y
divorcio. Al
mismo tiempo, pretendía identificar coincidencias y
diferencias con otros roles profesionales que trabajan con familias en
situación de alta conflictividad post-divorcio y se
preocupan de reorganizar la co-parentalidad priorizando el bienestar de
los hijos/as.
Las
ponencias y el diálogo generado a partir de las preguntas de
los asistentes terminó con algunas conclusiones que
confirman la necesidad de la figura del/la coordinador de parentalidad
para ayudar a las familias en situación de alta
conflictividad post-divorcio.
1. Hay situaciones de alta
conflictividad post-divorcio que no se resuelven con la
intervención judicial y los numerosos procedimientos que
generan un número reducido de familias conllevan una
sobrecarga para los magistrados de familia. A
este hecho se suma la frustración de los jueces/zas y
magistrados/as por la dificultad de dar una respuesta adecuada que
resuelva el conflicto en la parentalidad.
Los
jueces hacen uso de todos los servicios y profesionales que tienen a su
alcance, evaluaciones del Equipo de Asesoramiento Técnico
de Familia (EATAF), mediación, puntos de encuentro, fiscal y
abogados. Pero
los instrumentos judiciales disponibles no son suficientes para
ajustarse a las auténticas necesidades de las familias con
alta conflictividad y resulta difícil derivar a servicios
que son de pago y que suponen un coste adicional para la familia. A
menudo los propios jueces deben responder conscientes de que la
sentencia no resuelve la situación, no pone fin a la
conflictiva relacional, y que el factor tiempo es fundamental. Incluso
los mismos jueces son conscientes de que tienen que decidir sobre la
situación expuesta, pero que lo que determinen no es
quizás la mejor manera en cómo se
debería haber
resuelto la situación, pero sí la más
factible con los medios actuales.
La
figura del CP ayudaría a poder llegar a una toma de acuerdos
basada en las demandas dinámicas de la familia, y
favorecería a que se pudieran mantener. Más
aún, teniendo en cuenta que a menudo estos progenitores en
conflicto no implementan el plan de parentalidad parcial o totalmente,
las sentencias se incumplen y crean nuevas judicialitzacions de las
problemáticas, cronificando las situaciones complejas para
progenitores e hijos / as y suponiendo una gran gasto económico. El
CP tiene por objetivo central trabajar la coparentalidad para ayudar a
la familia a implementar el plan de parentalidad y fomentar la
resolución de disputas y las decisiones efectivas sobre
temas relacionados con los hijos, velando siempre por su bienestar.
2. Los servicios que disponemos en
Catalunya y los que se derivan estas familias atrapadas en la
disputa crónica con alta conflictividad no son suficientes
para responder a sus necesidades con el fin de ayudar a
que los progenitores puedan funcionar en una co-parentalidad efectiva
para el bienestar los
hijos e hijas.
Por
ejemplo, el programa de seguimiento de familias del EATAF quiere ayudar
a
que se ejecuten las sentencias y también informar a los
jueces de su cumplimiento. Pero
no es un servicio a largo plazo, y las familias con alta conflictividad
necesitan más que un seguimiento, una
intervención más intensiva donde
también se contemple una función psicoeducativa,
de mediación de disputas y de coordinación entre
profesionales. La
mediación familiar, debido a que la asistencia a la
sesión informativa no es obligatoria, por su necesaria
aceptación por ambas partes y su brevedad en el tiempo, a
menudo no puede ser el camino elegido en situaciones de tan alta
conflictividad, donde la tolerancia
y el encuentro se convierte compleja.
Además,
desgraciadamente, los equipos de la sanidad pública se
encuentran actualmente en una situación complicada e
inestable, difícilmente pueden atender conjuntamente la
problemática y debido a la actual situación
económica se han reducido los propios programas y los
espacios en red.
3. Los profesionales constatan el
solapamiento de algunas funciones entre profesionales que trabajan con
estas familias. Y
también, que desde su rol profesional, la ayuda no es
suficiente y es importante la colaboración en red y la
confianza entre los profesionales. Para
tal fin, se requiere una coordinación entre servicios y
equipos que intervienen para ayudar a estas familias multiasistidas.
En
la actualidad, sin embargo, es complejo ver un caso de forma conjunta y
establecer espacios de creación de saber interprofesional. La
falta de recursos conlleva una reducción del alcance de las
intervenciones y un trabajo enfocado desde priorizar aquellos casos
más necesitados. Por
ejemplo, en estos momentos, la red pública interviene
básicamente cuando se identifica patología en los
niños/as, relegando a un segundo plano ese sufrimiento
existente entre los niños involucrados o expuestos en una
ruptura familiar conflictiva.
La
figura del CP podría tener un papel capital para aglutinar y
canalizar este trabajo en red y hacer avanzar el proceso. El
hecho de que el CP tenga acceso y pueda establecer contactos y
colaboraciones con los diferentes profesionales que intervienen con la
familia, facilita que el trabajo de cada uno permita avances concretos
en una misma dirección: el bienestar directo de los hijos/as.
4.
Se constata que cuando muchas instituciones están
involucradas en un mismo caso complejo a menudo se contribuye a
'institucionalizar' el conflicto y a restar capacidad de
autogestión a la familia.
Para
la familia no es fácil integrar las diferentes aportaciones
y hacer una lectura que les permita configurar las relaciones de forma
diferente, a la vez que queda reducido su margen de movimiento, que
viene marcado por los equipos.
La
figura del CP podría ayudar a estas familias a recuperar la
autogestión, que está minada por el propio
conflicto y situación de ruptura, pero también en
parte congelada involuntariamente por las diferentes intervenciones.
5.
A menudo los abuelos y abuelas quedan fuera de las intervenciones.
La
coordinación de parentalidad mantiene un enfoque
sistémico, y por tanto, por lo que contempla incluir a todos
los miembros del sistema familiar, progenitores, hijos, nuevas parejas,
y abuelos y abuelas, así como también a los
profesionales e instituciones involucrados con la
familia, en el trabajo por la mejora.
6.
Caso especial: Los hijos/as que rechazan a un progenitor.
A
pesar de la mayoría de los niños y
niñas quieren seguir teniendo una relación con
ambos progenitores, una proporción pequeña de
niños y niñas desarrollan una fuerte
reacción negativa hacia uno de los progenitores. Actualmente
no hay intervenciones especializadas. Es
necesario que los profesionales de la psicología llenen este
vacío. Si
bien existen recursos donde se puede ofrecer un escenario de trabajo
para estos casos, como son los puntos de encuentro familiar, estos
tienen una temporalidad e intervención limitada y pueden ver
como un complemento la figura del coordinador/a de
parentalidad como una
oportunidad para la resolución de estos supuestos.
7.
No menos importante es la importancia de detectar maltrato y violencia
de género en estas familias.
La
presencia de violencia es una condición excluyente para
realizar un proceso de mediación, pero no de
coordinación de parentalidad. En
la fase inicial del proceso de CP se evalúa la presencia de
violencia o maltrato. Para
esta tarea, el CP debe estar debidamente entrenado en la
gestión de conflictos y como diferenciarlos de los procesos
de violencia. En
esta dirección, la formación del CP incluye un
módulo sobre violencia de género.
8. Resulta imprescindible
fomentar el diálogo entre profesionales de la salud mental y
del ámbito jurídico para poder ayudar a estas
familias en situación de alta conflictividad.
El
grupo de trabajo de coordinación de parentalidad del COPC
tiene como uno de sus objetivos fomentar la colaboración
entre psicólogos coordinadores de parentalidad y los
profesionales del ámbito judicial. En
la coordinación de parentalidad la relación
del/la CP con los abogados/as de los progenitores es muy importante
para el éxito del caso. Además, el CP colabora
con el juez o la jueza de familia que lleva el caso.
9. La importancia de determinar el
origen de la alta conflictividad: Si se trata de una conflictividad
relacional resultado del duelo y dificultades de asumir la
separación o divorcio, o bien si se trata de la
patología individual o de ambos miembros de la pareja.
El/la
psicólogo/a que ejerce la CP está formado/a y
tiene experiencia en mediación familiar y tiene conocimiento
de las dinámicas familiares en las separaciones o divorcios
que, combinado con la formación de base en
psicopatología aporta un valor añadido a trabajar
con estas familias. Además,
el/la CP utiliza técnicas de psicoeducación,
terapia, gestión de conflictos, mediación,
coaching, fácilmente conocidas por psicólogo/a.
Conclusiones
elaboradas por los miembros del Grupo de Trabajo de
Coordinación de Parentalidad (Sección ARC):
Connie Capdevila, Sara Gironès y Laia Rosich
Links
de interés sobre la cuestión:
La figura del coordinador de parentalidad en
las separaciones altamente conflictivas, artículo de Connie
Capdevila Brophy
Entrevista
al Dr. Dominic D'Abate, director del Consensus Mediation Center de
Montreal
El Programa de
Seguimiento Familiar del EATAF: finalidad, objetivos y
método. Afinidades y divergencias respecto de la figura
canadiense del coordinador de parentalidad
Presentación
de ponencia de Merced Cartié. Programa
de Seguimiento EATAF y coordinaciones de parentalidad
Programa
de seguimiento EATAF y coordinación parentalidad de
Mercè Cartié en Prezi
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