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La desatención del alumno con altas capacidades como alumno con necesidades educativas especiales |
SECCION:
El col·legi informa
// PUBLICAT 08/05/2014 17:54:00 |
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El 14 de abril de 2014 fue publicada una noticia en La Vanguardia.com
cuyo título era el siguiente: «Alumnos altas capacidades denuncian
discriminación matrículas curso 2014-15».
En el artículo intervenía M.ª Dolors Rius,
presidenta de la Asociació
de Famílies de Nens i Joves amb Altas Capacitats (FANJAC),
y Natalia
Luján Roig, Coordinadora del Grupo de Trabajo de
Superdotación y Altas Capacidades del Colegio de Pedagogos
de Cataluña (COPEC), en el cual expresaban su
malestar por encontrarse sistemáticamente con casos de
niños y adolescentes con altas capacidades intelectuales que
no pueden optar a las plazas de Necesidades Educativas Especiales en
Cataluña, cuando la Ley de Educación de
Cataluña así lo contempla.
Pues bien, es cierto que
algunos de estos niños son a menudo
malogrados, pues a veces desarrollan fobias escolares, depresiones o
algún otro tipo de trastorno relacionado directamente con no
recibir la
respuesta educativa que precisan. La sociedad en general –y
aquí no
estamos denunciando a maestros ni a colegios, sino a toda la sociedad
en su conjunto–, no entiende que estos alumnos sean
talentosos, pues
tienen en su mente una idea preconcebida de lo que es un
niño
superdotado o talentoso y les parece que la persona que tienen delante
no entra dentro de esa idea, como si el niño con altas
capacidades
tuviese que poseer poderes paranormales o de superhéroe, y
hubiera de
obtener constantemente notables y sobresalientes en todas las
asignaturas, llevando a cabo trabajos geniales en cada una de las
faenas que realiza.
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Y lo peor aún está por venir, pues algunos de
estos niños tienen que soportar burlas y desprecios en las
aulas, puesto que muchos –tanto niños como
adultos– consideran ridículo eso de tener un
talento especial y, por tanto, una necesidad educativa especial.
A estos niños dotados se les intenta meter en el redil y
hacerles ver «por su bien» que son normales y que,
de necesidades especiales, nada. Allice
Miller, psicoanalista suiza que dedicó su vida
a la investigación sobre el maltrato infantil y sus efectos
en la sociedad, así como en la vida de los individuos, se
refería con el término de pedagogía
negra a todos los abusos consentidos hacia el niño en pro de
su educación. Según Miller, es en la infancia
donde se va creando y enraizando una patología del adulto:
niños maltratados evolucionan en adultos alienados, que o
bien maltratan, o bien se refugian bajo una coraza asustadiza dentro de
un sistema que acata la autoridad sin rechistar.
En la actualidad, seguimos llevando a cabo lo que podríamos
llamar continuidad histórica en este sentido, pues desde
pequeños les estamos enseñando que el talento se
niega, se reprime, se esconde o se critica, lo cual, evidentemente,
provoca un trauma con la consiguiente patología. De este
modo, también sirve para que la sociedad ni lo vea ni lo
respete y, así, pueda saltarse las leyes educativas.
Hasta el momento, sólo unas pocas voces han salido en favor
de un cambio al respecto en nuestro país. Esto sucede porque
todavía impera el siguiente estereotipo: «Como
están dotados con altas capacidades, no necesitan ayuda para
realizarse y triunfar en la escuela y en la vida. Ya tienen recursos
suficientes.» Pues bien, la alta capacidad, de no ser
atendida adecuadamente, les puede llevar, en frecuentes ocasiones, al
fracaso escolar y/o –como hemos comentado– a
padecer algún tipo de trastorno. Cuando estos alumnos no
reciben los retos intelectuales constantes que necesitan, cuando no se
crean las condiciones educativas que requieren, la
desmotivación hacia el aprendizaje escolar poco a poco va
apareciendo, hasta que pierden todo interés en el estudio
formal. Estos niños son, sobre todo, esto precisamente:
niños, no seres extraordinarios, sino con unas
características intelectuales diferentes y que, por tanto,
necesitan de una educación diferenciada para poder
desarrollar su potencial.
La aceptación por parte de la mayoría de la
sociedad de este estereotipo y el desconocimiento general existente
sobre las características de los niños con altas
capacidades viene provocado por la formación
básica de nuestros profesionales, pues apenas existe en la
actualidad ninguna asignatura en los planes de estudio en las carreras
de psicología, pedagogía, magisterio, ciencias de
la educación, etc., que incluya siquiera una breve
referencia a estos alumnos.
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En el artículo
citado se comenta que el Parlament
de Catalunya
aprobó el pasado 20 de marzo, por unanimidad, una propuesta
de
resolución para que en el presupuesto del 2014 se incluya
una dotación
económica para atender a los alumnos con altas capacidades.
Evidentemente, todos los que nos dedicamos a estudiar, diagnosticar o
intervenir con estos niños valoramos muy positivamente la
asignación
presupuestaria, pues esperamos que revierta en poder contar con
profesionales mejor formados, capaces de detectar e intervenir
adecuadamente con ellos, como ya ocurre en otras comunidades
españolas.
En nuestras escuelas es evidente que faltan recursos
económicos para la
formación, para poder disponer de profesionales que asesoren
y para que
pudiera haber dos maestros o profesores en cada aula. Tener estos
recursos permitiría, en el marco de una escuela inclusiva,
utilizar
metodologías que favorecieran poder dar respuesta al
conjunto de las
necesidades educativas que presentan los alumnos.
Metodologías como la
programación multinivel, grupos cooperativos, grupos
reducidos, etc.
Sin estos recursos, por muy comprometida que esté una
escuela en este
tema, no se logrará atender a la diversidad de todos los
alumnos
(necesidades educativas especiales, altas capacidades, trastornos de
aprendizaje, etc.). |
La intención de este artículo no es denunciar a
las escuelas o a los maestros, pues sabemos que en la
mayoría de los casos hacen un trabajo encomiable con los
pocos recursos disponibles. Nuestra intención es concienciar
a la sociedad del sufrimiento de muchos niños y familias que
ven menoscabada su autoestima a causa de un sistema educativo que
necesita mejoras urgentemente. Nuestra intención
también es la de iniciar una reflexión sobre el
por qué de este hondo desprecio del talento que sufre
nuestra sociedad, sobre qué hay detrás de esta
arraigada tendencia a ridiculizar lo diferente, lo especial, aquello
que se sale del adocenamiento. Así mismo, pretendemos velar
por el cumplimiento de la legislación educativa y el respeto
de los derechos del menor, para que se atiendan de verdad sus
necesidades y puedan desarrollarse en un futuro como seres humanos con
una mente sana, como seres humanos que en el día de
mañana creerán en sus talentos, se
valorarán y podrán contribuir a la sociedad y al
bien común, aportando la mejor versión de
sí mismos.
• Natalia
Luján Roig. Psicopedagoga y Directora del
Gabinete Psicopedagógico Encaixa’t. Coordinadora
del Grupo de Trabajo de Superdotación y Altas Capacidades
del COPEC.
• María Dolors Rius.
Presidenta de la Associació promotora de la
Fundació d'Ajut a nens i joves d'Altes Capacitats - FANJAC y
vicepresidenta de la Confederación Española
CONFINES.
• Alejandra
Sánchez Yagüe. Abogada, Coach
co-activa, consultora y formadora en Mindfulness. Directora de
Mindtraining. Miembro del Consejo Mundial de Niños
Superdotados y Talentosos (WCGTC).
• Leopold Carreras
Truñó. Psicólogo del
Gabinete Psicopedagógico Mentor, Coordinador del Grupo de
Trabajo de Superdotación y Altas Capacidades del
Col•legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya (COPC),
vocal de la Junta de la Sección de Psicología de
la Educación del COPC, y delegado en España del
Consejo Mundial de Niños Superdotados y Talentosos (WCGTC).
Los autores de este
artículo son miembros de los Grupos de Trabajo de
Superdotación y Altas Capacidades del COPC y del COPEC.
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