Congrés IE


Tras el éxito de los dos congresos nacionales, realizados en los años 2012 y 2014, el Grupo de Trabajo de Inteligencia Emocional del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC), presenta este año el III Congreso Nacional de Inteligencia Emocional, y como novedad, el I Congreso Iberoamericano de Inteligencia Emocional. En esta ocasión, como elemento distintivo, centraremos la atención principalmente en el impacto social que comporta el estudio y puesta en práctica de la Inteligencia Emocional (IE) en nuestra cotidianidad. Este encuentro científico se realizará en Barcelona, España, los días 3, 4 y 5 de noviembre de 2016.

En la primera edición se exploraron los principales modelos existentes sobre Inteligencia Emocional, los avances en cuanto a las aproximaciones disponibles para su evaluación y se identificaron los principales ámbitos profesionales de intervención. En la segunda edición, se continuó profundizando en los últimos avances, y se puso el foco en el beneficio de la Inteligencia Emocional en la intervención en psicología clínica, en la infancia y la adolescencia, en proyectos de carácter social y, también, su aplicación en oncología, el acoso laboral, entre otros.

Durante esta tercera edición, además de mantener los espacios para compartir y conversar sobre la Inteligencia Emocional en España, tendremos la posibilidad de conocer experiencias de otros países de Iberoamérica, para así promover sinergias intercontinentales que contribuyan a la consolidación de la Inteligencia Emocional como un elemento esencial para el desarrollo y bienestar humano, de necesario abordaje para la vida de hoy en nuestros países. Así mismo,  se debatirán sobre temas de actualidad como el intrusismo profesional, la red solidaria, la aplicación de la IE a las tecnologías digitales, etc.

Los objetivos que orientarán nuestro congreso son:

1. Avanzar en los aspectos teóricos del concepto.
2. Presentar los últimos avances en cuanto a los métodos e instrumentos para la evaluación de la Inteligencia Emocional.
3. Mostrar el impacto de la Inteligencia Emocional en los distintos ámbitos de aplicación: sanitario, educativo, social, organizacional, deportivo, etc.
4. Ofrecer un espacio de trabajo donde vivir y afianzar el desarrollo de las habilidades emocionales de Inteligencia Emocional.

Así, el III Congreso Nacional de Inteligencia Emocional y I Congreso Iberoamericano de Inteligencia Emocional pretende ser el punto de encuentro referente para los científicos y profesionales que quieran fomentar y poner en común las investigaciones e intervenciones recientes.  

La Inteligencia Emocional como concepto surgió hace pocas décadas, y su campo de investigación es todavía muy joven, pero prometedor. En Iberoamérica, la comunidad científica sigue investigando y desarrollando este tema motivada también por los acontecimientos sociales y políticos que hacen que tomemos conciencia de la importancia de aumentar nuestra comprensión de las emociones humanas, así como de la necesidad de fomentar su adecuada gestión en los diferentes ámbitos de la vida.
En estos últimos años, no sólo estamos viviendo una crisis económica sino también una crisis de valores que está afectando a las dinámicas entre personas, tanto a nivel familiar como social. Esta situación impacta a nivel mundial y genera una serie de conflictos en los que un mayor desarrollo de la inteligencia para gestionar las emociones podría contribuir a mitigarlos y afrontarlos de forma más adecuada. Por dicha razón, el concepto de Inteligencia Emocional también despierta interés en el público en general y no sólo entre la comunidad científica y profesional.

En la sociedad actual se están produciendo numerosos avances tanto sobre la teorización y evaluación del concepto como en su aplicación práctica. Por ejemplo, diferentes estudios  demuestran que las personas con mayor Inteligencia Emocional experimentan mejor bienestar y satisfacción con la vida, cuentan con más y mejores relaciones sociales, y se sienten más felices. Es decir, la Inteligencia Emocional está relacionada con el bienestar y el ajuste psicológico de las personas. Puesto que se trata de un conjunto de habilidades que son fundamentales para desarrollar competencias intra e interpersonales, constituye también un factor de protección frente a diversos trastornos físicos y mentales.
En el ámbito de la práctica clínica, se ha demostrado que las personas con diferentes psicopatologías presentan menos habilidades emocionales que la población general. Se ha comprobado que cuando se da una mejora en estas habilidades , se produce una disminución en la sintomatología clínica y el sufrimiento padecido.

En el ámbito familiar, cabe resaltar la importancia del  desarrollo emocional de los miembros de la pareja en su función como padres y en el clima emocional que generan. La familia es esencialmente el primer y principal espacio de aprendizaje  emocional, es el contexto más importante en el cual las competencias emocionales de los niños se forjan y donde es fundamental que se construyan los modelos apropiados para regular sus estados emocionales de un modo efectivo para crear  un clima favorecedor.
En el ámbito laboral y de las organizaciones, la Inteligencia Emocional también tiene un papel fundamental, por su contribución en los procesos de valoración y toma de decisiones, en el liderazgo, en la innovación, en la creatividad y en las relaciones interpersonales (o trabajo en equipo); nos permite afrontar mejor los cambios, resolver conflictos, gestionar dinámicas grupales, etc. Se puede decir que el interés de la Inteligencia Emocional en este campo radica en su incidencia en la motivación, en el aumento de la productividad, en la percepción de auto-eficacia y en la satisfacción laboral.

La IE ha tenido un gran impacto en el ámbito académico y cada vez se implantan más programas o propuestas de intervención en las escuelas. Los estudios señalan que el desarrollo de competencias socioemocionales contribuye a la adaptación social y académica, actuando como facilitador del pensamiento, ya que el trabajo cognitivo implica la capacidad de utilizar y regular las emociones para favorecer la concentración, regular la impulsividad y gestionar el estrés. Además actúa como factor protector para la prevención de problemas psicopatológicos, fomenta relaciones sociales más sanas y reduce la incidencia de  conflictos interpersonales y el acoso escolar o bullying.

En el ámbito deportivo, la Inteligencia Emocional ha sido revalorizada en la investigación de la actividad física y la salud. Existen estudios que han dibujado un conjunto de cualidades psicológicas que representan al deportista, tales como la motivación y el compromiso, el control de la atención, la concentración, el control de la ansiedad, el establecimiento de objetivos, la visualización  y la planificación de entrenamientos.
En conclusión, el creciente interés social y científico en el estudio, desarrollo y divulgación de la Inteligencia Emocional ha suscitado la necesidad de generar un punto de encuentro donde científicos y profesionales de países iberoamericanos puedan compartir y debatir sobre este apasionante y prometedor campo de conocimiento.