PSICOLOGÍA COACHING BASADA EN LA OBSERVACIÓN:

UN NUEVO DIÁLOGO ENTRE LA PRÁCTICA PROFESIONAL Y LA INVESTIGACIÓN

 

En el marco del "Cicle de Trobades de Psicologia Coaching" organizado por la Sección de Psicología Coaching del COPC, desarrollamos dos sesiones tituladas METODOLOGÍA OBSERVACIONAL APLICADA A LA PSICOLOGÍA COACHING (I y II), 5 de octubre y 28 de noviembre de 2017, respectivamente.
 
FOTO 1: Lluís Sanmiquel y Paco Molinero (facilitador y ponente, respectivamente, de las sesiones).

Las sesiones de intervisión que, desde hace varios años se realizan, periódicamente, en estas "Trobades de Psicologia Coaching", constituyen una experiencia realmente innovadora. Innovadora por lo que supone de establecimiento de una metodología de aprendizaje y mejora profesional desde la reflexión sobre la práctica, y todo ello realizado de una manera colaborativa, observando situaciones de intervención a las que los profesionales se enfrentan en su actividad diaria. 

En esas sesiones de intervisión, psicólogos y psicólogas expertos en coaching observan y comparten posteriormente sus apreciaciones sobre lo que ha estado sucediendo en el transcurso de la sesión. Pero en estas dos hemos introducido otros elementos que aportan, desde nuestro punto de vista, un salto cualitativo en la mejora profesional. Hemos presentado las aportaciones que las nuevas herramientas informáticas ofrecen para el registro y análisis de la observación, y cómo pueden ser integradas en estos procesos de reflexión y aprendizaje colaborativo. 

Lo percibido en tiempo real, anotado, recordado y comentado a posteriori (el procedimiento habitual de las sesiones de intervisión) se convierte, por medio de la grabación digital, en datos empíricos. Estos datos son el corpus sobre el que el analista-observador, profesional de la Psicología Coaching puede basar sus reflexiones, elaborar sus hipótesis de intervención y comprobar hasta qué punto fueron efectivas en el transcurso de la sesión.
 

Para entender el papel que las herramientas informáticas tienen en este proceso de mejora de la práctica profesional, hay que deshacer algunos malentendidos respecto a dicotomías a las que estamos acostumbrados a hacer entre el campo de la tecnología y la intervención humana, y el campo de la investigación y la práctica profesional. 

La tecnología no analiza por su cuenta y riesgo lo que sucede en el proceso de la intervención, sino que es una ayuda para la profundización en el proceso de reflexión y análisis que, habitualmente, se realiza sin el soporte informático. Muchas de las cosas que se dicen y cómo se dicen en una sesión de coaching, pasan desapercibidas en el tiempo real de la interacción y con más razón aún en el tiempo posterior en el que se reconstruye en el recuerdo lo sucedido. 

La comunicación va más allá de lo que se dijo, y depende en gran medida de cómo se dijo, y de cómo lo que se dijo encajó en la cadena del diálogo con las personas usuarias. Todo ello, el conjunto de secuencias de interacción comunicativa que se produce en una sesión, en la que consiste básicamente la intervención del profesional, va a generar diferentes efectos, entre los cuales se encuentran la eficacia y eficiencia de sus intervenciones. 

Sabemos que la comunicación interpersonal funciona en varios planos, el principal, el de la definición de la relación por medio de claves paralingüísticas, gestuales y posturales y, por otro lado, el de los argumentos y contenidos verbales. Todos estos componentes de la comunicación son datos (cualitativos) alrededor de los que se pueden ensayar mejores intervenciones, repetir y aprender de las más eficaces y, en definitiva, basar la práctica profesional en la evidencia de los datos observados. 

Basar la práctica y la reflexión de los profesionales sobre su propia práctica en los datos hoy en día es más factible que hace tan sólo 10 ó 15 años, debido a los desarrollos en las tecnologías de la información y la comunicación. 

Los programas de análisis cualitativo (analizan datos cualitativos tales como contenidos de audio, vídeo o textos) facilitan la revisión pormenorizada de cómo transcurrió todo el engranaje de la comunicación durante la sesión. El programa por sí mismo no analiza, lo hace el observador humano que codifica, segmenta, clasifica y revisa lo que, efectivamente, sucedió en el transcurso de la sesión. 

Los programas para estudiar la observación no disponían de sistemas de integración de los datos lingüísticos y se focalizaban en la recogida sistemática de grabaciones audiovisuales a las que se les aplicaba un sistema categorial previamente sistematizado. Con el desarrollo de las tecnologías esos dos procedimientos de investigación y análisis se han ido acercando, y el campo de los estudios observacionales se ha hecho mucho más ágil y flexible favoreciendo un espacio de [1] convergencia entre lo cualitativo y cuantitativo. 

En las sesiones de METODOLOGÍA OBSERVACIONAL APLICADA A LA PSICOLOGÍA COACHING hemos experimentado, aplicando algunas de las tecnologías disponibles en este momento, una nueva manera de llevar a cabo los procesos de intervisión mediante el uso de tecnologías que facilitan el registro, la revisión y el análisis del material grabado que sirve de apoyo y evidencia a las reflexiones y aportaciones de las personas observadoras de las sesiones. 

Los principales aspectos que hemos abordado en estas sesiones son los siguientes: 

En primer lugar, para que podamos trabajar con una grabación digital de las sesiones, hay que proceder a la autorización por parte de las personas grabadas de ese registro, de acuerdo con la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal). Este es un aspecto muy importante y es preciso elaborar -como hemos hecho- los formularios para recoger la autorización de las personas que van a ser grabadas.


FOTO 2: Xavi Aparicio y Yolanda Artero, miembros del Grupo de Trabajo de Psicología Coaching y Regulación Emocional, realizando una sesión de Psicología Coaching en directo.

En segundo lugar, hemos constatado la dificultad que muchos de los profesionales que han participado de la experiencia tienen en el manejo de estos programas informáticos. En nuestra experiencia hemos dedicado una parte de las sesiones a mostrar el funcionamiento de dos de estos programas, ATLASti y ELAN. 

Estos programas, insistimos, no automatizan el análisis de lo que sucede en las sesiones, sino que son facilitadores de la revisión y el análisis de los profesionales. Una vez que tenemos digitalizada la sesión de coaching podemos seleccionar segmentos de la grabación que nos parecen significativos por alguna razón y realizar las anotaciones en el software, de manera que los podemos volver a visionar cuando queramos, puesto que el programa mantiene el listado de las selecciones y las anotaciones vinculadas a las mismas. 

Las anotaciones que han realizado los profesionales han sido de tipo inductivo, esto es, sin aplicar un sistema de codificación predeterminado. Las preguntas que dirigían la revisión del material, al tratarse de una primera experiencia en el uso de estas tecnologías para la mayoría de las personas que han participado de la experiencia, ha sido el de anotar los momentos de la interacción que les han sorprendido o que les hayan llamado la atención o que hayan representado un momento crítico de cambio durante la sesión. 

De esta manera, las herramientas informáticas utilizadas nos sirven para facilitar y catalizar los procesos de reflexión y colaboración sobre los que queremos basar las mejoras en la práctica profesional. Con la ayuda de estas herramientas, cada una de las personas que revisa las grabaciones puede hacer anotaciones libres, que luego han servido para ser compartidas y han facilitado la puesta en común y el debate con el resto de los compañeros. 

Esta primera experiencia nos ha mostrado también que la incorporación de estas herramientas requiere de una capacitación en el uso de las mismas, para poder avanzar en su aprovechamiento. 

Las intervenciones de la profesional y su cliente son transcritas en líneas distintas y pueden ser visualizadas alineadas en el tiempo. En la comunicación interpersonal necesitamos anotar también otros aspectos, además de los verbales, como miradas, gestos, etc., que también pueden ser alineados en el tiempo, juntamente a los contenidos verbales.

Todas estas aportaciones quedan registradas junto a los segmentos seleccionados del vídeo, en su caso compartidas con el resto de profesionales. A partir de las anotaciones de los diferentes aspectos de la comunicación (miradas, gestos, contenido verbal, etc.), podremos plantearnos diferentes objetivos de la observación sistemática tales como identificar diferentes tipos de preguntas, sus efectos, la identificación de resúmenes o reformulaciones o la preparación de la planificación de tareas durante la sesión. 

La digitalización de los procesos de intervisión y aprendizaje reflexivo basados en la observación, incluye la utilización de plataformas de colaboración en las que se pueden extender los momentos y espacios en los que compartir ideas y reflexiones, disponer de las anotaciones de las sesiones compartidas. Si bien estas plataformas son muy intuitivas en su funcionamiento, requieren -como en el caso de la utilización de los programas de análisis cualitativo de la comunicación- de una pequeña formación para que no se conviertan en obstáculos insalvables y puedan ser incorporados en el trabajo colaborativo de manera efectiva.


 

Francisco Molinero Ruiz

Colegiado n. 2047
Investigador y Doctor en Psicología
Mediador y Experto en Psicología Coaching



[1] http://dx.doi.org/10.5672/apunts.2014-0983.es.(2013/2).112.01 Métodos mixtos en la investigación de las ciencias de la actividad física