Terapia Breve de Resolución de
Conflictos con Karin Schlanger
y Raquel Maresma
Con
motivo de la visita a Barcelona
de Karin Schlanger, una de los máximos representantes de la
terapia breve de
resolución de conflictos, le propusimos conversar a ella y a
su compañera
Raquel Maresma sobre el modelo, su práctica y sus usos.
Actualmente,
Karin Schlanger es
directora del Brief Therapy Center (BTC) del Mental Research Institute
(MRI) en
Palo Alto, California. En 1990 abrió el Centro Latino
de
Terapia Breve y en
2012 fundó una ONG, Room to Talk, para dar servicio
a estudiantes,
sus familias
y al personal de escuelas en barrios
marginales.
Ha sido profesora en
varias
universidades, ha trabajado en el Hospital de San Pau con Juan Luis
Linares y
conduce entrenamientos internacionalmente en terapia breve de
resolución de
problemas. Es autora de 3 libros traducidos a seis idiomas y alrededor
de 30
capítulos y artículos publicados
internacionalmente.
Por
su parte, Raquel Maresma es directora
del Brief Therapy Center BCN. Licenciada en Psicología,
Máster en Terapia
Cognitivo Social (UB) y Máster en Terapia Familiar
Sistémica (Escuela de
Terapia Familiar del Hospital de Sant Pau), es docente externa de
Terapia Breve
en la Universidad Internacional de Valencia (VIU) y coordinadora y
docente del Postgrado
en Terapia breve que se imparte en el Instituto Sistémico de
Barcelona (ISBA)
en colaboración con el Brief Therapy Center/MRI. Es
terapeuta familiar
acreditada por la FEATF y miembro de la Sociedad Catalana de Terapia
Familiar.
¿Qué es el modelo de
resolución de conflictos de la terapia
breve?
Karin Schlanger:
La terapia breve nuestra es la terapia breve original,
a diferencia de la terapia estratégica de Haley/Madanes, la
Centrada en
Soluciones de DeShazer/Berg, la narrativa de White/Epson o la breve
estratégica
de Nardone. De hecho su primera visita al BTC fue en los
años 90. Desde el 1983
estoy en el Mental Research Institute de Palo Alto, donde
empezó la terapia
breve en el 1966. Más tarde, él
trabajó bastante con Cloé Madanes y es por eso
que ha juntado lo de breve y estratégica. Lo nuestro es
Breve/Resolución de
Conflictos y viene de Gregory Bateson y la Cibernética, todo
ello en los años 50.
Madanes le da la parte estratégica y Giorgio
juntó las dos cosas.
Todos
los modelos mencionados son muy
primos hermanos, con respecto a cómo abordamos la
familia/pareja/individuo, cómo
pensamos acerca de qué es lo que se puede cambiar,
etcétera. Vienen todos del
trabajo que hizo Milton Erickson con el uso del lenguaje, la hipnosis,
la
teoría general de los sistemas de Gregory Bateson y, por
supuesto, el
constructivismo de Heinz von
Foerster.
Todos nos hemos nutrido de las mismas fuentes y una de las diferencias
actuales
entre lo que hacemos nosotros en Palo Alto es lo que yo llamo ser un
modelo no normativo, es decir que
la persona
que nos consulta es experta en su
problemática. Haley se fue del MRI el 1967 a trabajar con
Salvador Minuchin en
Filadelfia quien tenía un modelo mucho más
estructural: esto está ‘bien’ y esto
está ‘mal’ en el funcionamiento de la
familia. Por ejemplo, el subsistema de
los padres no puede mezclarse con el subsistema de los hijos. Haley,
que
aprendió con Minuchin, organizó la terapia
estratégica con influencia de ambas
ramas: un modelo según el cual las familias y las personas
se encuentran con
dificultades cuando ‘se apartan’ de aquello que
‘debe ser’, las buenas
relaciones de poder y control dentro del sistema en el cual operan.
Entonces
desde el punto de vista de Minuchin y de Haley y ahora un poco de
Giorgio
también, cuando la gente nos viene a ver podemos
“evaluar” que hay una
divergencia entre lo que están haciendo ellos y
cómo debieran funcionar
de acuerdo con lo que dice su modelo de terapia.
Es decir que lo usan como una forma de explicar
qué es lo que está pasando. Yo hablo de
funcionalidad. Nos queda claro que la
gente viene porque algo les duele de alguna manera y entonces nos vamos
a tomar
el trabajo de averiguar cómo funciona esta gente
ordinariamente, en términos de
todos los días, y después tomarnos el trabajo de
preguntar, dentro de cómo
funcionan qué es lo que les duele y después, en
términos de soluciones
intentadas, qué es lo que han hecho para que deje de
dolerles.
Esto
es muy brevemente que es lo que
hacemos nosotros y cómo nos diferenciamos de otros modelos
que se llaman de
terapia breve también.
Este modelo se aplica a algún tipo de
situaciones o es
general: para algo que no funciona, buscamos una solución.
KS:
Y la solución se busca en términos de lo que
nosotros
llamamos, soluciones intentadas. Es nuestra jerga. Y es la
interacción entre
problema y soluciones intentadas que hace que la gente esté
clavada en esta
situación de la cual ellos no ven salida y por eso nos
vienen a ver, para un
cambio de segundo orden.
Y
la belleza de esto es que es más
que sólo un modelo de terapia, es una forma distinta de ver
la realidad. Se aplica
a casi cualquier cosa que el consultor quiera trabajar.
Había una época cuando
yo tenía chicos pequeños, donde yo no
quería trabajar con abuso por ejemplo porque
me tocaba demasiado de cerca, pero eso no quiere decir que no se
aplique a
situaciones de abuso. Tengo un colega Lynn Loar que durante toda su
carrera ha
trabajado con abuso y abusadores, ha trabajado en el servicio de
protección al
menor y trabaja de manera preciosa con este mismo modelo.
También
se aplica muy bien en
empresas. Se aplica a todo lugar donde los humanos hacen algo para
cambiar algo
que les duele y que no ha funcionado y entonces, como somos humanos,
siguen
haciendo más de aquello del sentido común a pesar
de que no funcione, y se
encallan.
Pueden ser, entonces, desde trastornos hasta
situaciones más
mundanas como cambiar de trabajo.
KS:
Lo que cambia es con quién se trabaja. Otra parte de nuestra
jerga es hablar de quién es cliente. En general, no voy a
decir ni siempre ni
nunca porque esto es parte de lo que no hacemos, pero en general en
estas
situaciones de patología “más
seria” no vamos a trabajar con la persona que
está escuchando voces en ese minuto o con la persona que
está tomando demasiado
y está en medio de un delirio o con la persona que acaba de
ingerir un montón
de cocaína y que después no se va a
acordar… Muy a propósito estoy evitando las
etiquetas que estoy evitando. En esos casos, la persona a la que
nosotros
llamamos cliente, va a ser una persona que vive con la persona que bebe
demasiado o con la que está escuchando las voces,
etcétera. Porque como
pensamos de manera sistémica, será más
eficiente empezar a que esa otra persona
cambie lo que está haciendo para ayudar y cómo lo
está haciendo para que eso
tenga un impacto dentro del sistema y dentro de ese sistema va a estar
la persona
que bebe demasiado, la que está escuchando voces o la que
está tomando
medicación para no escuchar voces todo el tiempo. Es un
trabajo
interdisciplinario que se puede hacer con estos casos
“más serios”, pero en el
que se entra al sistema por otra puerta.
Tomar
a la gente dándole el respeto
que su situación es la situación más
importante del mundo es desde donde
nosotros construimos una situación en la que el cliente se
siente escuchado, se
siente respetado.
¿Podríamos decir que existen
diferencias entre países? De
casos, de conocimiento, de aplicabilidad…
Raquel Maresma: Nosotras
venimos ahora de hablar con alumnos aquí en Barcelona
y estábamos comentándoles un poquito esto.
Sobretodo con los alumnos que son
psicólogos y que tienen, por lo tanto, toda esta jerga
distinta a la nuestra y
que a lo mejor si es más común con la otra jerga
que usan en otros modelos de
terapia breve y que tiene que ver con una jerga más
normativa, más de
patología, más de cajoncitos o formas donde
encajar a lo que ellos llaman pacientes
y que para nosotros son clientes. Cuando decimos que es mucho
más que un
modelo, para mí esta frase significa muchas cosas, pero
sobretodo que es más
cosas además de un modelo clínico. Entonces
cuando nosotros estamos haciendo
terapia, y estoy usando una etiqueta en este momento pero para
entendernos,
cuando estamos haciendo terapia es a lo mejor lo más cercano
a lo clínico y ahí
podemos trabajar con clientes que tienen problemas que les causan
más o menos
dolor y que tienen a veces, ciertos trastornos o no. Por ejemplo, en el
posgrado que estamos dando en ISBA de Terapia Breve conjuntamente con
Karin,
este año tenemos tres seminarios de expertos a nivel
internacional que desde
diferentes partes del mundo van a hablar de la aplicabilidad del modelo
en contextos
no clínicos justamente: en contextos de mediación
de parejas, en contexto de
ámbito escolar y otro va a ser en problemas con la
alimentación.
Karin Schlanger:
En términos de aplicabilidad y diferencia es una
pregunta interesante. Nosotros tenemos 52 años de
experiencia en el Brief
Therapy Center y 60 en el MRI. En el Brief Therapy Center empezaron
Watzlawick,
Weakland y Fisch y ellos veían todos los casos en
inglés porque hablaban sólo
inglés. En el 90 – 94 junto con otra colega,
Bárbara Díaz, fundamos el Centro
Latino porque vivimos muy cerca de una comunidad donde se habla
sólo español,
una comunidad con bajos recursos, donde también hay no solo
la diferencia de
idioma si no una diferencia cultural importante de nivel educativo y,
no menos
significativamente, de poder adquisitivo. Pero a esta gente no les
veía nadie o
bien se les mandaba a lo que llamamos un hospital estatal donde
había largas
listas de espera, lo cual, cuando les tocaba, ya la crisis
había pasado y
dejaban de ir. Nosotros decidimos tomarlos y tenemos, más o
menos a esta
altura, la misma cantidad de casos vistos en inglés que
vistos en español. Justamente
tengo un par de alumnos que son de una universidad aquí en
Barcelona y están
mirando los casos en inglés para compararlos con los casos
en castellano y espero
que sea el principio de una comparación bastante
interesante.
Creo
que no es casual que este modelo
haya nacido en Estados Unidos donde el tiempo es dinero y hay que
llegar a
resultados más rápidos. Hemos descubierto, a lo
largo de estar muchos años
haciendo esto, que nosotros los latinos necesitamos un poquito
más de tiempo,
sobre todo al principio para establecer una relación de
confianza. El tipo de
problemática con el que han venido las personas en
inglés y las personas en
castellano también es distinta. Pero hay también,
si uno va a pensar en
términos de sistemas, una diferencia cultural de los
años 60, 70, 80 a los
2000, con todo el advenimiento de los celulares y la
cuestión de los medios
sociales. Hay que tener cuidado porque como todos sabemos
aún la investigación
y la estadística no son una ciencia objetiva. Todo depende
de cómo elijas mirar
los datos. Con eso en mente es cierto que habrá mucho
material para hacer
comparaciones muy interesantes porque se puede hacer no sólo
una comparación de
idioma, sino también de clase social, de épocas,
etcétera.
Karin, tienes un libro que se titula
‘Cambiando lo
incambiable’, ¿se puede cambiar lo incambiable?
KS:
Totalmente, nada es incambiable. Depende desde donde lo
estés mirando y entonces cuando como terapeuta o como
interventor o como
consultor no hay nada que sea incambiable, inmediatamente lo que
estás haciendo
es traer un deje de esperanza en una situación que parece
desesperanzada. Cuando
la gente llega a una situación en la que se sienten abatidos
y bajan la cabeza
y ya no hay nada que hacer, ahí es cuando las cosas son
incambiables. Pero
cuando el terapeuta viene con una mente totalmente abierta de Cuéntame en que te puedo ayudar,
que es
como empezamos nuestras sesiones, ya la pregunta implica que nada es
incambiable.
Cómo usamos el lenguaje, qué decidimos hacer,
qué decidimos oír pero no
escuchar y por lo tanto abrir esa puerta es lo que resulta en una
terapia que
es más eficiente. Durante muchos años
estábamos de alguna manera clavados con
la etiqueta de ser terapia breve y entonces con eso se nos tildaba de
ser como
una terapia tirita y no es que somos una terapia tirita, es que la
brevedad y
la eficiencia son el resultado
de las
puertas que no abrimos, es la diferencia entre escuchar y
oír. Porque uno oye
muchos ruidos, pero cuando hay algo importante lo escucha con
más atención. Entonces
si oímos todo lo que la gente nos dice y a través
de preguntarle y esto cuán
importante es, bueno si es
importante, pero esto otro es lo
que realmente me duele entonces eso es lo que vamos a
escuchar en lugar de
oír. Y
el camino resulta más corto
cuando nos concentramos en escuchar.
¿Querríais aportar algina
otra idea?
KS:
Es un modelo que a pesar de tener 50 años, tiene
más y más
vigencia. Lo que nos gustaría es que pudiéramos
tener más gente que esté
interesada en aprender lo que estamos haciendo porque hay mucha gente
que cree
que sabe, pero esto es distinto. Se ha pintado el modelo como arcaico y
como de
no vigencia y yo argumentaría que tiene más
vigencia que nunca. Todo esto es
cortesía de Juan Luis Linares que a través de una
amistad de muchos años, nos
está permitiendo hacer esto en ISBA en estos momentos, con
una generosidad y
apertura increíbles.
RM:
Me ha gustado cuando Karin te respondía a la primera
pregunta. Me ha gustado mucho escuchar la palabra respeto.
Es algo que yo no he hablado con ella y que usé en un
trabajo de investigación de Terapia Breve con familias
interculturales. Usé una
frase de Eduardo Mendicutti que dice que “El respeto a lo
distinto implica
siempre algún sacrificio de lo propio”. Cuando
hablo con los alumnos en la
primera o segunda clase, por primera vez, siempre me acaba saliendo la
palabra
respeto. Eso es lo que, de un modo u otro, nos aleja de estos modelos
donde, en
el fondo y con la mejor de las intenciones, se está cayendo
en encasillar a las
personas, y por lo tanto justamente en empezar a pensar en
términos de que hay
algo en este mundo que no es cambiable. A mí me parece que
de esto es justamente
de lo que probablemente los pioneros del modelo trataban de alejarse.
Este
modelo es muy eficaz sobretodo en problemáticas sociales,
por ejemplo, donde
Karin trabaja con las familias latinas o cuando yo trabajé
en contextos de
servicios sociales, donde hay muchísima
problemática y muchísimas etiquetas. Es
en este punto donde lo veo como un modelo mucho más
allá de un modelo clínico,
sino con una orientación mucho más social.